El corcho

sábado, 7 de febrero de 2009

El corcho es un tejido vegetal formado por células muertas que protegen las partes vivas del tronco y ramas del alcornoque.
En una pana de corcho se pueden distinguir la espalda(E) y el vientre o barriga (B). La espalda es la parte que está, antes de la saca, en contacto con el aire y en ella se encuentra una zona leñosa, dura, oscura y frágil que se denomina raspa. El vientre o barriga es la parte que en el momento de la saca está en contacto con los tejidos vivos del árbol.

El primer corcho que se obtiene del alcornoque se denomina corcho bornizo y carece de raspa.


En el costado de la pana se verifica el grosor(1), que recibe el nombre de calibre. También se aprecian unas líneas paralelas conocidas como líneas de crecimiento (2). Atravesando el corcho de espalda a barriga se encuentran unos poros de tamaño y dimensiones variables, conocidos como lenticelas o lentículas (3), rellenos de un polvillo marrón-rojizo cuya finalidad es comunicar las zonas vivas del árbol con el exterior.

La formación del corcho. El corcho se forma como consecuencia del crecimiento en grosor del árbol, o crecimiento secundario. La zona donde se produce está formada por un conjunto o camada de células que se mantienen vivas hasta que, con la saca del corcho, mueren. Esta camada recibe el nombre de felógeno. En el corte transversal del tronco del alcornoque el anillo situado entre el corcho y la madera recibe el nombre de casca o capa madre, por él circula la savia elaborada. En la capa madre hay dos zonas que están produciendo células, y lo hacen en sentido opuesto. Así, el felógeno produce corcho hacia el exterior y, en la parte interna, el cambium vascular produce madera o xilema hacia el interior.

a) Alcornoque.
b) Pana de corcho.
c) Corte axial.
d) Corte radial.
e) Corte tangencial.f) Célula de corcho en corte axial.
g) Pared de las células de corcho.
h) Compuestos. 1) Celulosa, 2) Suberina, 3) Cerina, 4) Lignina, 5) Conductos de plastodesmos.
i) Corte transversal del tronco.
j) Situación de la capa madre.
k) Sentido de los crecimientos (1: Corcho, 2: Madera
El aspecto del corcho.
Es un factor cualitativo que valora la capacidad de cerramiento, el aspecto estético, la higiene, el comportamiento ante la extracción, etc.
Hay una serie de detalles intrínsecos y casuales que hacen al aspecto del corcho.
I) Entre los detalles intrínsecos más destacados se encuentran los siguientes: Porosidad.La actividad de los tejidos vivos presentes en el tronco del árbol bajo la capa de corcho requiere oxígeno. Por ello, la capa de corcho no puede ser completamente estanca. Este oxígeno les llega del exterior por medio de unos poros, que como ya sabemos se denominan lenticelas. El tamaño de estos poros oscila entre los 0,2 y los 8 mm. de diámetro y aparecen en cantidades entre 30 y 270 por cm2. Su forma es generalmente cilíndrica.
La porosidad y el calibre son los dos factores determinantes de la calidad del corcho. Los poros se observan en la barriga, en el frente y los costados. El exceso de porosidad resta compacidad al corcho, por tanto, la calidad disminuye al aumentar el número de poros y el tamaño de éstos.
El porcentaje de plancha ocupado por poros está influenciado por factores genéticos, pero también por los ambientales; cuanto más activos sean los tejidos vivos de la casca, mayores serán sus necesidades de respiración, necesitando por tanto mayor porcentaje de poros.
La porosidad tiende a aumentar con la posición que el corcho ocupe en el árbol, siendo más porosos los corchos de las zona bajas que los de las altas. También varía con la calidad de la estación, pues en buenas calidades la actividad vegetativa es mayor y, por tanto, también lo son las necesidades de oxígeno. Además, a medida que se incrementa la edad del corcho, en las sucesivas capas que se van formando, disminuye la porosidad. Así, la capa formada el primer año tras la saca es, generalmente, más porosa que la de el noveno año. Por tanto, puede decirse que son menos porosas las últimas capas de corcho que las primeras.
Existe una variedad de poro que está relleno de un polvo rojizo, éste se aprecia al golpear la pana y salir este polvo. Se denomina a este defecto poro embolsado y rebaja la calidad del corcho, siendo útil sólo para moler.Densidad.
La densidad normal del corcho es del orden de 0,12 a 0,20. Densidades mayores pueden considerase excesivas. Las altas densidades pueden deberse al exceso de corcho de verano y otoño, frente al de primavera, que es más ligero o, también, a la existencia de restos de líber en el interior. En el corcho con exceso de crecimiento primaveral se produce el efecto contrario, lo que hace que su densidad sea baja y disminuya su elasticidad.Estado de la barriga y de la espalda. En la barriga pueden apreciarse la porosidad y las deformaciones como arrugas o abultamientos. En la espalda, el número y profundidad de las grietas o colenas.
Las grietas, que pueden afectar al calibre total taponable, son producidas por las tensiones provocadas por la acumulación en las zonas internas de los sucesivos crecimientos anuales, pues el corcho es un tejido muerto y sin crecimiento tangencial y acaba por resquebrajarse ante el empuje de los tejidos internos que están vivos y crecen.
La mejor calidad corresponde a espaldas lisas, disminuyendo ésta con el tamaño de las grietas.El estado de la espalda mejora con los sucesivos descorches, desde la extracción del bornizo a la de los sucesivos corchos de reproducción, haciéndose cada vez más lisa. Las grandes grietas longitudinales suelen aprovecharse durante el descorche para dar los cortes verticales y evitar así las planchas agrietadas.
Los defectos en el vientre pueden ser provocados por deformaciones de la capa madre como consecuencia de heridas de poda, de descorche, plagas etc.Color.
Existe una gradación en la coloración del corcho en función de la calidad de la estación, siendo los más apreciados los rosados, y luego los amarillos, terrosos y negruzcos. El color se aprecia en frentes y en costados.Crecimientos.
Interesa que los sucesivos crecimientos anuales sean homogéneos, pero dependen del clima de cada año, de la existencia de plagas, etc. La mejor calidad la presentan los corchos que tienen anchuras parecidas en las diferentes bandas de crecimiento anual y bandas de separación onduladas.

Elaboración del corcho


Extracción de la corteza.
Se hacen cortes horizontales y verticales en el tronco del alcornoque para quitar la capa exterior de la corteza (el corcho) con cuidado para no dañar la parte viva interna.

Estacionamiento.
Se deja reposar durante algún tiempo al aire libre para que se seque y se eliminen naturalmente las sustancias que podrían dar mal olor al descomponerse.

Hervido.
Se hierve para que pierda el tanino y aumente si volumen y flexibilidad.
Secado y pulido: se lo deja nuevamente al aire libre para que se seque. Luego se pule.
Corte.
Se lo corta para los diferentes usos.

El corcho, la piel del alcornoque.

jueves, 5 de febrero de 2009

La palabra corcho proviene de la expresión latina cortex, que significa corteza. Su nombre se debe a que es la parte exterior del tronco del alcornoque (Quercus súber), un árbol que crece en las regiones de Europa y África próximas al Mar Mediterráneo. Este material esta formado por células muertas impregnadas en una sustancia grasa, lo que le confiere propiedades impermeables al pasaje del agua y de los gases.

EL ALCORNOQUE ANTES DE LA INDUSTRIA DEL CORCHO
En su estado silvestre, el alcornoque no es sino uno de los elementos del bosque mediterráneo, que convive con otras especies arbóreas como Quercus ilex, Q. faginea, Q. pyrenaica, Castanea sativa, etc., más un sinnúmero de arbustos como Arbutus unedo, Junierus sp., Ulex sp., Cistus sp., especies aromáticas, etc.
Durante muchos siglos, las poblaciones rurales utilizaron el bosque mediterráneo básicamente para extraer leña, madera para los aperos agrícolas y taninos. Se arrasaban muchos bosques en beneficio de la agricultura y el pastoreo, y para poner distancia entre la fauna silvestre y los asentamientos humanos. El fuego era el medio principal para ello (Silbert, 1978).
Pero en la segunda mitad del siglo XVII un monje francés llamado Perignon descubrió las cualidades especiales del corcho para cerrar botellas de vino, y una nueva era empezó para el Quercus suber. Los tapones de corcho permitieron almacenar los vinos con seguridad durante períodos prolongados y transportarlos a largas distancias. Se desarrolló así la industria vinícola de una manera que de otro modo probablemente nunca habría sido posible. El uso sistemático del corcho para tapones de botellas hizo que al administrar los bosques se favoreciese el Quercus suber sobre otras especies, y que finalmente grandes extensiones de bosques se transformasen en rodales de una sola especie.


Una idea burbujeante.
Hasta finales del siglo XVII, el vino espumante se embotellaba con tapones de madera, rodeados de cáñamo impregnados en aceite. La fermentación del vino producía gases que solian reventar las botellas o partir los tapones. Fue el monje Dom Pierre Perigon (1638-1715), encargado de las bodegas de la abadía de Hautevillers, en Marne (Francia), quien tuvo la genial idea de reemplazar los tapones de madera por otros de corcho. Este marcial Hermético y mas flexible, evitaba la destrucción del envase y no dejaba entrar el aire.